Siempre se fijó en los mejores...

Siempre se fijó en los mejores...

El primer traje de portero que tuvo Casillas fue el de Arconada. Con él puesto, paraba los balones que le tiraba su padre. De Arconada vio poco. Le contaron más. Desde que le conoce personalmente le admira más aún. Ya estando en el Madrid se fijó en Buyo. Le gustaba mucho, lo miraba fascinado y soñaba ser como él. Su tercer gran ídolo fue Schmeichel. Veía los partidos del Manchester por el danés. Y sabía que el United volvió a resurgir en los 90 gracias a su labor. El fútbol y la vida le hizo idolatrar a dos porteros más. Iribar y Yashin. Al primero lo conoció en la primera gala de AS en 2007 y desde entonces se admiran mutuamente. A Yashin lo ha descubierto vía Youtube. El único portero que ha ganado el Balón de Oro. Iribar podría hablarle tanto de él... De su saque largo, de su colocación, de sus salidas de puños, del detalle que tuvo con él al acudir a su homenaje por batir el récord de internacionales con la Selección en 1971. Tantos recuerdos...

De todos ellos ha cogido lo sobresaliente. Le han enseñado y ahora es él, el mejor portero del mundo, al que le tocará dentro de unos años pasar el testigo. Es el meta en el que los jóvenes aspirantes se fijan, al que quieren parecerse. Esa es su responsabilidad y la asume. Dentro del 30 años será su mejor herencia...