Fue mucho más que una derrota

En el minuto 33 de la semifinal de la Final Four 2013, el Barcelona ganaba 52-61 al Real Madrid. En la de 2014, pasó por el mismo minuto en 85-50. Fue un día pésimo pero fue mucho más que eso. Desde la Copa 2013, el Barça ha quedado fuera de cada competición en juego ante el Real Madrid: dos Euroligas, una ACB, una Supercopa y una Copa. El equipo azulgrana ha ganado este año una vez al CSKA, dos a Olympiacos y Panathinaikos y tres al Fenerbahçe, pero la realidad es que el nivel ahora mismo lo marca el Real Madrid y al Barça no le alcanza. Milán era la bisagra, el termómetro definitivo. Se queda en dos títulos en 14 visitas a la Final Four, tozudez sin premio después de la peor derrota de su historia europea, en la que hizo lo que casi nunca hace: no competir. Florecieron sus males de todo el curso: los tiros libres (15/27 en la final de Copa, 13/24 ayer), los triples (5/20 y 5/18), las pérdidas o una falta de eficiencia que esta vez incluye a un Xavi Pascual cuyo plan se acartonó demasiado rápido.

Pero por encima de todo el partido retrata a una plantilla más cara que valiosa en la que Tomic sumó 21 de valoración y el resto, 33. Navarro y Lorbek parecieron definitivamente en retirada y los cinco fichajes que llegaron para partidos como este combinaron 19 puntos, casi todos en los minutos de la basura, 4/16 en tiros y 13 de valoración. Desmantelado, el Barcelona sale de Milán con una herida mortal y más atrás de donde estaba hace un año. Un verano y un buen fajo de millones después.