En un solo día, Marc Márquez ha igualado el récord de Agostini de diez victorias consecutivas el mismo año (Fausto Gresini, en 125cc, también lo logró en 1987); ha protagonizado el triunfo número 500 de la historia del motociclismo español y el número cien en la máxima categoría. ¡Qué más se le puede pedir! Diez de diez en 2014 es muy fuerte, demasiado fuerte. Lorenzo, Rossi y Pedrosa tienen que estar destrozados. Les está dejando en evidencia. O como diría un veterano campeón del mundo, con el culo al aire. Ni Mick Doohan sometió a sus rivales como lo hace este chaval de Cervera. Que acabe en el suelo ya es su única esperanza, su último recurso. Sé que es indecente decir algo así, pero es tan duro como real. Hoy por hoy, Márquez es invencible.

Son quinientas victorias desde la primera de Cañellas en 1968 en 125cc. Buen momento para recordar a los padres de este deporte. A Miguel Simó, el primero que puntuó con una Terrot en el Campeonato de Europa en 1938. A Juan Soler Bultó, Arturo Elizalde, Fernando Aranda, Roger Montané y Ernesto Vidal, protagonistas de aquél mágico GP de España celebrado el 8 de abril de 1951 en Montjuïc. Todos lograron puntos. O a Santi Herrero, primero en ganar en 250cc (1969); Víctor Palomo en 350cc (1974); y Álex Crivillé en 500cc (1992). Como no, a Ángel Nieto, nuestro primer campeón del mundo en 50cc (1969) y 125cc (1971); a Sito Pons, primer campeón de 250cc (1988) y a Álex Crivillé en 500cc (1999). Y a los patrocinadores. Gracias a todos y a muchos más.