Hasta Rizzoli disfrutó del partido

La verdad es que el colegiado Nicola Rizzoli, que pitó la pasada final del Mundial de Brasil que coronó a Alemania, disfrutó de lo lindo en un partido de total entrega por parte de todos los jugadores, pero a la misma vez de guante blanco. Los futbolistas se aplicaron con total nobleza, sin realizar entradas fuertes y con un comportamiento disciplinario admirable. El árbitro pudo aplicar la ventaja, y lo hizo en numerosas ocasiones, ante tanto ir y venir del juego de un área a otra, lo que en algunas ocasiones le exigió mucho físicamente. A veces se le notó fatigado, algo normal en un partido de tanto ritmo.

De buscar algo discutible en un encuentro que no tuvo problema alguno para Rizzoli, diremos que en el minuto 29 Benzema no estaba en fuera de juego cuando Kroos le puso la pelota desde la frontal en el 0-2. Algún jugador del Liverpool lo reclamó, pero estaba en línea en el pase, antes de cabecear. El linier acertó. En el segundo gol del francés, en el 40’, los reds volvieron a levantar los brazos porque su portero había salido del área pequeña. Pero en el momento que recibió y marcó Benzema había dos jugadores habilitando su posición.

El único error de Rizzoli, y digo único, fue en el minuto 42, en una gran estirada de Casillas a tiro de Coutinho, que llegó a tocar el balón. Rizzoli entendió que era saque de puerta. Uno de sus linieres tuvo otro en el 52’. No era fuera de juego de Sterling y lo pitó. La jugada acabó en un disparo flojo de Lallana que Casillas atrapó sin problemas, así que no fue una acción trascendente.

Anécdota. Si el árbitro tuviera que destacar a un jugador por estar en todos los sitios, robar y disputar los balones, ese fue Isco. Pero lo hizo siempre con nobleza. Como curiosidad, Rizzoli paró algún minuto el partido para que Casillas se atase las botas. La regla dice que el portero, al tener guantes, tiene que avisar y el juego se parará. Nada que objetar a eso. No paró el juego para que James fuera atendido de la ceja...