Lorenzo, la lluvia y la autocrítica

No le ha gustado a Jorge Lorenzo un comentario que hice el domingo en Twitter sobre su carrera de Valencia. Escribía yo, con cierta ironía que entiendo permite esta red social, que “tengo la sensación de que @lorenzo99 tiene un problema con la lluvia. Su muñeca derecha se oxida con el agua”. Horas después, el mallorquín me respondía con un argumento un tanto impreciso: “@Raul_Romojaro quizá lo que se oxida es tu memoria con el tiempo?? Saludos!!” Imagino, dada la vaguedad del comentario, que se refería a un supuesto olvido de su triunfo en MotorLand sobre mojado, el que logró acertando al cambiar de neumáticos mientras que Marc Márquez se equivocaba al mantenerse en pista hasta que acabó por los suelos cuando lideraba la prueba. Y claro que ha habido más carreras interesantes de Lorenzo en circunstancias adversas, pero obviamente mi apreciación apuntaba a una tendencia que observo (quizá equivocada aunque tampoco soy el único que lo ve así) y no a casos particulares.

En concreto, y dado que la memoria no me falla, estaba pensando al escribir ese tuit en el GP de Holanda en el que protagonizó una carrera lamentable, de la que él mismo dijo “no tuve el valor suficiente para ir al ritmo de los demás”. Y por supuesto también a su gestión de las difíciles condiciones de Cheste, cuando empezó a perder fuelle en cuanto unas tímidas gotas cayeron sobre el asfalto hasta el extremo de decidir cambiar otra vez de moto (supongo que buscando fortuna de nuevo como en Aragón) cuando no tocaba y así se constató a continuación (ni siquiera entro a valorar su decisión de abandonar el gran premio final de la temporada y ante su afición). Pero más allá de la diferencia de criterio entre nosotros (respeto el suyo y por supuesto que no comparta el mío), lo que me preocupa es la poca capacidad de autocrítica que pueden llegar a exhibir algunos deportistas.

En innumerables ocasiones, escrito está, he alabado la evolución de Lorenzo. Me admira que haya pasado de ser un niño insolente (le conocí personalmente cuando tenía once años) y descarado a mostrarse como un piloto inteligente y una persona madura. Sin embargo, parece que la aceptación de la crítica se mantiene (porque antes también lo era) como una de sus asignaturas pendientes. Entiendo su frustración y admito su queja, no debe ser fácil asumir que un rival de 21 años te borre del mapa y menos aún que también te gane tu compañero de 35. Sin embargo, creo que lo inteligente es mirar hacia dentro y analizar lo que sucede, siendo crítico con uno mismo antes de que lo sean los demás. Por fortuna, Jorge es aún joven y tiene tiempo para seguir aprendiendo…