Me dice Roncero que Abramovich tiene a Cristiano Ronaldo en sus oraciones, como piedra angular para un nuevo proyecto en el Chelsea. También lo tiene el jeque Nasser Al Khelaifi, propietario del PSG, para impulsar el suyo. Los dos proyectos son atractivos para Cristiano. Ambas ciudades son magníficas. En el caso de París, el entrenador es Blanc, al que Cristiano dedicó una carantoña que le fortaleció. Blanc estaba en las últimas cuando el PSG fue al Bernabéu, pero su gran partido allí (el resultado fue una casualidad) y el gesto final de Cristiano le consolidaron. Por contra, en Londres está Mourinho...

Con Mourinho, Cristiano salió mal. Muchos problemas entre personas se resuelven cuando aparece un proyecto de interés común, pero no sé si en este caso es posible. Mourinho fue al estreno del documental de Cristiano en Londres a instancia de Jorge Mendes, que anda queriendo resolver todos los entuertos que puede. Pero ni se retrató en la alfombra con él ni quiso apearse en toda la noche de su enfurruñada pose. Siguió la proyección desde un rincón y abandonó la sala antes del final. Si Abramovich quiere juntar a Mourinho con Cristiano le va a costar. Quizá la idea sea cambiar al uno por el otro.

¿Y el Madrid? Cristiano y el Madrid parecen un matrimonio ya tan aburrido que ni discuten. No hubo nadie del Madrid en Londres. Desidia... La excusa ‘soto voce’ es que habrá un segundo estreno en Madrid. Según vayan las cosas para entonces, me puedo imaginar a Benítez instalando la alfombra roja, a Butragueño alisándola, a toda la plantilla, de cuatro en fondo y marcando el paso de la oca, embelleciendo la gala y a Florentino abrazando a las farolas y haciendo protestas de amistad con Cristiano. Ojalá. Como este jugador va a tardar mucho tiempo en salir otro. El Madrid no lo debería perder.