Pepe Mel siempre fue un valiente en el Camp Nou. Hoy, mira de reojo a su temido mes de enero para comprobar que quizás su cita menos factible sea la presente, la que le mide al vigente campeón. “Si jugamos como ante el Real Madrid, no habrá nada que hacer”, dijo. Precisamente su deseo es evitar una goleada que convierta en descalabro el final de año verdiblanco e invite a las dudas de cara al arranque del 2016. Hasta ahora las hubo. Y muchas. Pero Mel supo taparlas con maestría y dar más brillo a algunas contadas virtudes, las que quiere exponer hoy ante el Barcelona.

Diseñó un fútbol dinámico ante el Barça de Guardiola e incluso hizo temblar al cuadro azulgrana en aquellos cuartos de final de 2011. Hoy la historia es diferente: ni sus piezas se asemejan ni la dinámica es la misma. Y enfrente sigue estando Messi. A las puertas de un enero vibrante con otro duelo de nervios en Copa ante el Sevilla, Mel sólo es consciente de que hace un año daba la bienvenida al 2015 en Alcorcón y ahora lo despide en el Camp Nou. Y ese pequeño camino de un lugar a otro lo dibujó en gran medida él.