La emisora catalana RAC1 anunció ayer que el Real Madrid se estaría planteando tener un equipo en la Liga Femenina de baloncesto. Una ilusionante noticia que la Federación Española (FEB) enfrió poco después. El Real Madrid daría lustre y prestigio a cualquier deporte en el que entrara. Y atraería a patrocinadores. De eso no hay duda. Si además ese deporte es femenino, se subiría a una ola cada vez más pujante. O más bien regresaría a la ola, porque el club blanco ya tuvo equipo de baloncesto entre 1934 y 1944, cuando se disputaba con seis jugadoras. Las deportistas españolas llevan tantos años al más alto nivel, que sería bueno reconocérselo. Así lo ha entendido por ejemplo Iberdrola, que ya da nombre a las ligas femeninas de fútbol, voleibol y rugby, entre otros apoyos.

Si echamos un vistazo a la Liga Femenina de fútbol, comprobamos que 10 de los 16 participantes proceden de clubes con equipos masculinos relevantes. El Real Madrid no es uno de ellos, por cierto. Si ahora hurgamos en la de básquet, encontramos que ninguno de los 14 está hermanado con la Liga ACB, ni con los clubes de fútbol. Curioso contraste. Ahí la tendencia son ciudades donde generalmente no cohabitan con otros grandes equipos: Salamanca, Gernika, Logroño, Cáceres, Ferrol, Zamora... El baloncesto es el deporte con más licencias femeninas en España, con 130.549. El siguiente es el golf, lejos: 81.338. Ha brindado numerosas alegrías internacionales, tanto con sus selecciones como con sus clubes. El Real Madrid le daría un merecido impulso. Y haría justicia. No nos enfriemos.