El Nápoles tranquilo, feliz y ganador que llegó lanzadísimo al Bernabéu parece un recuerdo lejano. Después del partido ante los blancos se fue la paz, a pesar de un 3-1 que dejaba con vida a los de Sarri. Los ataques de De Laurentiis a jugadores y entrenador causaron un revuelo enorme: el mandatario sureño, que en las próximas horas volverá a Italia desde los Estados Unidos, ordenó un silencio de prensa que sigue vigente. Hoy tampoco habrá conferencia de Prensa del míster.

La cómoda victoria ante el Chievo alejó solo momentáneamente la tensión: la fea derrota casera ante el Atalanta y, sobre todo, el polémico KO con la Juventus volvieron a subir el nivel de estrés de una plantilla que se está jugando la temporada. En dos semanas se puso cuesta arriba el pase en Champions y Copa italiana, y mañana hay un examen decisivo para seguir soñando con el segundo puesto: cayendo ante los giallorossi, el objetivo se convertiría en defender el tercero. Un momento clave que se está viviendo de la peor manera: polémicas, silencios y rumores no ayudan a un grupo que, hasta el pasado 15 de febrero, vivía un momento de absoluta alegría. Tocará salir vivos del Olímpico para no agravar la crisis y disfrutar, sin excesivos agobios, de la histórica cita con el Madrid. San Paolo espera.