El Espanyol se rearma

Nada menos que en territorio armero, y no es cuestión casual, se rearmó el Espanyol atrás. Y también se tuvieron que armar los pericos; de valor, claro. Había indicado Quique en la previa que competiría el equipo contra su propia ambición, aunque su planteamiento demostró que la realidad es tozuda y esta vez tocaba competir contra el Eibar. Y con sus propias armas, lo cual siempre es arriesgado cuando tu rival tiene memorizado su estilo mientras que tú lo has ido evolucionando hacia otro camino. Dime qué mediocentros pones y te diré a qué juegas: en Ipurua, Quique apostó de inicio por Diop junto a David López. 

Aun así, la propuesta resultó. De no ser por un doble despiste de marcaje, el entramado defensivo del Espanyol descoyuntó al Eibar. La fórmula permitió pasar de haber recibido siete goles en las últimas tres jornadas a solo uno. A cambio, perdieron los pericos el protagonismo en el juego que habían ido adquiriendo en estas semanas. En ello, como sucedía con la alineación, la realidad se encargó de recordar que esa es la senda: de la calidad, la precisión, llegó el 1-1, fabricado entre Gerard y Jurado, igual que de la imprecisión se desaprovecharon dos contraataques. También la entrada de Marc Roca ofreció pistas en ese sentido. Pistas de una vía hacia Europa que sigue muy viva. Todo ello, sin Piatti, pero con Víctor Sánchez: su retorno resultó tan buena noticia como lo fue en negativo la salida en camilla de Óscar Duarte por una rotura de cruzados. Un punto demasiado caro. ¡Ay!