Neymar en la estela de Evaristo

Messi jugó ayer anoche. De él tuvieron destellos todos sus compañeros de juego. Impregnados por su estilo (asociativos, rabiosos, serios), Luis Suárez, Neymar, Alcácer, Iniesta… dispusieron el partido con todas las características del ausente: melancólico, luego rabioso, después juguetón. No se rindió ante el empate, y se rehízo como si fuera el Madrid, pues es su espejo. Jugó muy bien a ráfagas, con rapidez en el aspecto asociativo, y feliz en el ánimo.    

Dani Garrido evocó en Carrusel un récord que podría batirse. Podría ser el día en que otro brasileño llegara al centenar de goles. En el campo estaba Neymar, con Suárez el líder del partido. Ese centenar de goles lo sobrepasaron en el Barça Rivaldo y Evaristo, mitos del área azulgrana. En el caso de Evaristo, que marcó 105 goles, concurre una circunstancia: batió al Madrid en la Copa de Europa que luego nos enfrentó al Benfica, derrota triste en Berna. Y después Evaristo se fue al Madrid, como Tejada.   

Cuando Dani confirmó que Neymar había llegado a esa cifra centenaria sentí que el fútbol no es un partido, sino que es una sucesión intensísima de memorias. Aquella alineación es insuperable porque es la adolescencia. Pero sería injusto decir que esta que juega ahora no tiene esa identidad para jóvenes que hoy ven en Neymar el genio que nosotros veíamos en Evaristo, en Kubala, en Don Luis Suárez…    

Fue un buen partido difícil. Honra al Granada. Hizo sudar al Barça. Eso le da mayor valor a lo que parecía primero un trámite y luego un nudo en la garganta.