Ahora sí me creo lo de Maverick Viñales

Soy escéptico por naturaleza, así que yo era de los que se mostraban prudentes respecto a la espectacular pretemporada de Maverick Viñales. Escrito estaba antes y dicho queda ahora. Me parecía muy pronto para proclamar al nuevo fichaje de Yamaha como favorito al título de MotoGP, una cosa son los entrenamientos invernales y otra diferente las carreras. Hoy tampoco diría que va a ser el campeón, pero sí que me parece que es el principal candidato a suceder a Márquez como propietario de la corona de la categoría reina. El catalán no es que haya sabido gestionar a la perfección la presión de la competición, es que se ha mostrado tan sobrado que asusta, al menos debería hacerlo a sus rivales. Sus exhibiciones en Qatar y Argentina nada tienen de circunstancial o de casual, son tan solventes como su propio talento.

Sigo pensado que la temporada es muy larga y soy de los que prefieren no precipitarse en los pronósticos, he visto demasiadas cosas increíbles a lo largo de los años como para caer en esa trampa tan peligrosa. Sin embargo, lo indiscutible después de sólo dos grandes premios es que Honda tendrá que aplicarse a fondo para colocar su moto al nivel de Yamaha, una reacción que tampoco puede demorarse si quieren evitar que la distancia del líder comience a constituir un problema serio. A Rossi no hay que descartarle, por supuesto, pero sinceramente veo difícil que sea capaz de ganar con regularidad a un compañero de box que vive un momento de gracia que habrá que confirmar si perdura. Viñales disfruta de la motivación y la tranquilidad que otorgan aterrizar en un gran equipo y ponerse al manillar de una magnífica moto. Ha ido a mejor y eso le está dando una consistencia que, insisto, me sorprende por inesperada para mí.