Morata titularísimo

Se reivindica. No me extraña que Conte, el técnico del Chelsea, se haya pasado todo el año mandándole a Morata mensajes para que acepte irse con él a Londres. Morata es un delantero moderno, capaz de vencerse a las bandas, que protege la pelota con arte y poseedor de un físico privilegiado que le permite presionar a las defensas rivales con una insistencia admirable. Y tiene gol. Mucho gol. En Los Cármenes firmó otro doblete. Uno reventando el esférico contra el larguero de Ochoa (¡botó dentro!). Y otro haciendo un regate en seco y un remate esquinado con un perfil vanbastiano. Los números hablan por el canterano. Ha jugado esta temporada 1.100 minutos menos que Benzema pero ello no le impide llevar 20 goles oficiales (tres más que Karim), 15 en Liga (¡6 más que el francés!), cinco goles más que Neymar (10) y unos promedios de escándalo: mete un gol o asiste cada 75 minutos. KB lo hace cada 126... Ni un minuto pudimos ver a Morata en los dos derbis, en el Clásico ni en la eliminatoria con el Bayern. Un lujo excesivo. Titular, no. Morata debería ser titularísimo.

Su promedio. El Plan B (¡planazo!) mantuvo su prodigioso promedio lejos del Bernabéu. Enchufaron cuatro goles en Eibar, tres en Gijón, cuatro en Leganés, seis en Coruña y otros cuatro anoche en Los Cármenes. Como dice un amigo mío: “El Madrid no tiene titulares y suplentes. Tiene dos onces de lujo”. De los que repetirán el miércoles en el euroderbi sólo estaban Ramos, Nacho (eso espero, está mejor que Varane) y Casemiro. Una pena que el resto no pueda tener más sitio...

Identidad. Me dolió ver al Granada tan hundido y desnaturalizado. Tengo un cariño especial por este club, pero sabía que con la marcha de Quique Pina (el mago de los ascensos y las permanencias) esto iba a terminar con un siniestro total. El nuevo dueño chino sabrá de finanzas, pero traer a Tony Adams, rudo y pétreo central inglés, para formar dupla de banquillo con el holandés Metgod (estuvo aquí dos años, pero era más lento que el caballo del malo), sólo me lleva a soñar con tiempos mejores en La Alhambra. El Granada empezó con un solo español en el campo: Cuenca. El Madrid, con seis: Casilla, Nacho, Ramos, Lucas Vázquez, Morata y Asensio. Revelador. Pero me quedo con el mensaje positivo de una pancarta que lucieron las peñas granadinistas: “¡Volveremos! Así sea...

A por la Liga 33. A este equipo no le afecta la presión. En Riazor y Los Cármenes no se alteró por el hecho de empezar esos partidos tres puntos por debajo del Barça. Dependen de sí mismos y no van a desperdiciar las tres balas que les quedan. Sevilla en el Bernabéu, Celta en Vigo y el Málaga en La Rosaleda. Con siete puntos basta. No hay que volverse loco. Seguir pisando firme y sin mirar por el retrovisor del Puente Aéreo. Me trasladan su optimismo en un final feliz las peñas de Punta Umbría, Malcocinado (Teruel), Poyales del Hoyo (Ávila), La Almunia de Doña Godina (Zaragoza), La Alpujarra Blanca, Paco ‘El Candiles’ de la peña Cúllar-El Gatar, Fran Castilla de la peña de Valverde del Camino, Manuel Jiménez Arnanz, socio número 1.058 del Real Madrid (¡lo es desde julio de 1950!) y Antonio Devesa, el presidente de la Peña Alfonso que está pachuchillo (¡ánimo vikingo!). Todos ellos ya sueñan con el alirón liguero 33º. Y ayer se ganaron la Copa de Campeones de Juveniles (¡Guti alé!) y la de baloncesto. La vida es blanca y bella.