El esperpento de McLaren Honda continúa en Canadá

Hay un toque de sarcasmo en todo lo que rodea a McLaren Honda. Termina resultando cómico que Fernando Alonso abandone en Canadá cuando es 10º y está a punto de conseguir los primeros puntos para él y para su equipo en esta temporada. Después de siete carreras. Tiene un gesto irónico Eric Boullier cuando explica como puede la enésima avería del MCL32, o de su propulsor japonés. Y tiene cierta gracia Hasegawa cuando justifica en inglés con acento asiático que van por el camino correcto, pero que no sabe muy bien cuál es la causa de sus infortunios.

Pero nada de eso tiene en realidad ninguna gracia. Fernando Alonso es uno de los tres mejores pilotos del mundo. Junto a Vettel es "el que tiene mejor cabeza", que diría Jackie Stewart, y sólo Hamilton se une a esa terna con exhibiciones como la de este fin de semana. Por eso no es divertido perderse al asturiano, que no exista una batalla real en el asfalto entre tres pilotos que podrían marcar una época y que apenas se cruzan en la pista, sólo cuando el monoplaza naranja es doblado. Tampoco es gracioso que McLaren se plantee celebrar un punto con nueve títulos de constructores en sus vitrinas. Poco importa, porque aún no lo van a celebrar.

En cuanto al resto de la parrilla, la mejor noticia que deja Canadá es comprobar que, en los tiempos de los pilotos de pago, hay jóvenes en la Fórmula 1 que siguen pisando fuerte. La salida al límite de Verstappen, el carrerón de Stroll (por fin llega el campeón de la F3), la solidez de Hulkenberg y sobre todo el despliegue de Esteban Ocon con el Force India, sacando los colores a Bottas y a más de uno en Mercedes. De los jóvenes sólo faltó Sainz por su desafortunado accidente. Al menos en la próxima cita, Azerbaiyán, sí estará en la pelea el madrileño. No se puede esperar lo mismo de McLaren.